Por: Waldo Mendoza Bellido*
EL COMERCIO
25-02-10
Como las políticas importantes se hacen al principio, en la práctica, el gobierno del presidente García ya terminó. Es momento de evaluar su legado y usaremos como criterio la calidad de sus políticas macroeconómicas de corto y largo plazo.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Central de Reserva (BCR) han salido jalados en dos aspectos de la política de corto plazo. Primero, por la postura procíclica del MEF, que gastó a ritmo velasquista cuando no se necesitaba y paró en seco justo cuando empezó la crisis externa; y la excesiva tolerancia del BCR al ingreso de capitales de corto plazo. Segundo, por la lentitud desesperante para actuar contra el impacto recesivo de la crisis internacional.
Pero no todo lo que hicieron el MEF Y BCR estuvo mal. A diferencia de choques externos como el de 1998-1999, en que el BCR subió la tasa de interés y el MEF bajó el gasto público, esta vez, aunque lentos, actuaron en la dirección correcta.
En políticas de largo plazo, García tiene dos rostros. En la gestión fiscal de largo plazo está claramente jalado. En el Perú, uno de los países más desiguales en América Latina, luchar contra la inequidad supone elevar sustantivamente la presión tributaria para sostener un gasto público mayor en capital humano e infraestructura. En ese campo, García nunca la vio. En sus dos gobiernos, heredó una presión tributaria de más de 15 % del PBI y la redujo a 8 % en el primero y a 14 % hoy.
En la gestión del modelo de desarrollo, García está aprobado. ¿Qué hizo? Nada. Mantuvo el modelo de desarrollo de los años 90, con énfasis en el mercado externo como fuente de demanda y la inversión privada como fuente de crecimiento de la capacidad productiva. ¿Podría haberlo mejorado? Seguramente. Pero solo el hecho de no haber virado hacia un modelo de desarrollo como el de Argentina, Bolivia, Ecuador o Venezuela, donde la torpe intervención estatal está maltratando la economía, merece nota aprobatoria.
¿Nota promedio de García? Once. Aprobado, raspando.
* Jefe del Departamento de Economía de la PUCP
jueves, 25 de febrero de 2010
sábado, 20 de febrero de 2010
Grecia o los Chanchos Vuelan
Por: Óscar Ugarteche *
EL COMERCIO
20-02-10
Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España tienen déficit externo y público, el mismo que está en dos dígitos. También Estados Unidos y Gran Bretaña. Lo que nos atañe ahora es a los primeros cinco acuñados “PIIGS” (“chanchos”) por el “Financial Times” de Londres de manera deprecatoria. Como América Latina en los años 80 y parte de los 90, están muy deficitarios, con una alta porción de su presupuesto público dedicado al servicio de la deuda pública y un abultamiento de vencimientos en el corto plazo. Los países ricos altamente endeudados (PRAE) son más que esos cinco países, así es que estamos al inicio de algo que es otro capítulo de la crisis general.
Grecia pone en cuestión el euro en un momento que es preferible hablar de la debilidad de esa moneda que de la debilidad del dólar, cuya economía tiene los mismos índices deficitarios que Grecia, pero de momento nadie mira. Un producto del ataque especulativo contra el euro es el espejismo del fortalecimiento del dólar. Sabemos que las economías altamente deficitarias no pueden tener monedas fuertes. Lo segundo es que un ataque contra Grecia puede romper el euro al ser esta una moneda construida mediante una canasta de monedas. El euro se define como el producto de la combinación del PBI de cada país en la zona euro multiplicado por su comercio dentro de la eurozona. Un desfase de un país cualquiera de la canasta puede romperla siendo Grecia una economía menor con 3% del total del PBI de la eurozona.
Esta crisis podría terminar con Grecia fuera del euro y quizá los otros cuatro. Los que están ganando son los bancos de inversión que han comprado hasta ahora 9.900 millones de euros de opciones de venta con un tipo de cambio menor a seis meses. Eso se refleja en que el precio “spot” que cayó de 1,40 a 1,36 dólares por euro.
Grecia/Europa muestra la continuación de la crisis estadounidense contagiada al mundo. ¿Podrá Grecia pagar los 30.000 millones de euros que debe a la banca alemana a corto plazo? O la dejarán caer. ¿Dónde está el FMI? El próximo rescate de Grecia es otro tema.
* Economista
EL COMERCIO
20-02-10
Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España tienen déficit externo y público, el mismo que está en dos dígitos. También Estados Unidos y Gran Bretaña. Lo que nos atañe ahora es a los primeros cinco acuñados “PIIGS” (“chanchos”) por el “Financial Times” de Londres de manera deprecatoria. Como América Latina en los años 80 y parte de los 90, están muy deficitarios, con una alta porción de su presupuesto público dedicado al servicio de la deuda pública y un abultamiento de vencimientos en el corto plazo. Los países ricos altamente endeudados (PRAE) son más que esos cinco países, así es que estamos al inicio de algo que es otro capítulo de la crisis general.
Grecia pone en cuestión el euro en un momento que es preferible hablar de la debilidad de esa moneda que de la debilidad del dólar, cuya economía tiene los mismos índices deficitarios que Grecia, pero de momento nadie mira. Un producto del ataque especulativo contra el euro es el espejismo del fortalecimiento del dólar. Sabemos que las economías altamente deficitarias no pueden tener monedas fuertes. Lo segundo es que un ataque contra Grecia puede romper el euro al ser esta una moneda construida mediante una canasta de monedas. El euro se define como el producto de la combinación del PBI de cada país en la zona euro multiplicado por su comercio dentro de la eurozona. Un desfase de un país cualquiera de la canasta puede romperla siendo Grecia una economía menor con 3% del total del PBI de la eurozona.
Esta crisis podría terminar con Grecia fuera del euro y quizá los otros cuatro. Los que están ganando son los bancos de inversión que han comprado hasta ahora 9.900 millones de euros de opciones de venta con un tipo de cambio menor a seis meses. Eso se refleja en que el precio “spot” que cayó de 1,40 a 1,36 dólares por euro.
Grecia/Europa muestra la continuación de la crisis estadounidense contagiada al mundo. ¿Podrá Grecia pagar los 30.000 millones de euros que debe a la banca alemana a corto plazo? O la dejarán caer. ¿Dónde está el FMI? El próximo rescate de Grecia es otro tema.
* Economista
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OSCAR UGARTECHE
viernes, 19 de febrero de 2010
Privatizar la Educación
Por: Fritz Du Bois
PERU 21
19-02-10
Son alentadores los resultados de la encuesta que hoy publicamos ya que, por primera vez, una mayoría de limeños considera que la educación en general está mejorando. Sin embargo, a medida que se pregunta a los encuestados su percepción sobre los colegios del Estado, desaparece el optimismo.
Si bien los esfuerzos del Gobierno, evaluando a los maestros e incentivando a los buenos, van sin duda a dar frutos en algunos años, el problema es que el país no puede esperar tanto y es, por ello, impostergable acelerar el cambio. Una manera relativamente rápida de lograrlo es privatizando.
Es inevitable, luego de la satanización de la que ha sido objeto el término privatización, que el solo usarlo genere indignación en sectores ideologizados, que son los causantes de que generaciones de peruanos salgan prácticamente analfabetas luego de 12 años estudiando.
Sin embargo, cuando se ven los excelentes resultados académicos de esfuerzos privados en colegios del Estado –ya sea por concesión, como es el caso de Fe y Alegría, o por adopción, como son las Escuelas Exitosas del IPAE–, entonces nos preguntamos por qué no hay más de ellos. En la actualidad, hay 82 mil alumnos en el primero, y 650 escuelas rurales apoyadas por el segundo. Sin duda, esfuerzos encomiables, pero falta una enormidad si consideramos que hay más de 6 millones de estudiantes en colegios estatales.
Por ello, haría bien el Gobierno en incentivar un aumento del apoyo privado. Así, por ejemplo, se podría revisar el tratamiento tributario que reciben las empresas que donan recursos para estos esquemas o apoyar la canalización de recursos de cooperación internacional. Lo urgente es actuar con convicción para incrementar este tipo de esfuerzos que, sin duda alguna, aceleran la transformación de la educación.
Pese a que en nuestro país existe temor político a ser radical en el tema educativo, es innegable que solo los países que aplicaron esquemas innovadores –como entregar la administración de la escuela rural a la comunidad o distribuir cupones educativos para que sea el alumno el que decida dónde estudiar– han logrado mejorar la calidad de la enseñanza estatal. En nuestro caso, tenemos la ventaja de que la experiencia exitosa que se ha tenido con esfuerzos de apoyo privado, como los mencionados, permitiría –fomentándolos– cortar camino y ganar años. Ojalá que el Gobierno se vuelva más imaginativo.
PERU 21
19-02-10
Son alentadores los resultados de la encuesta que hoy publicamos ya que, por primera vez, una mayoría de limeños considera que la educación en general está mejorando. Sin embargo, a medida que se pregunta a los encuestados su percepción sobre los colegios del Estado, desaparece el optimismo.
Si bien los esfuerzos del Gobierno, evaluando a los maestros e incentivando a los buenos, van sin duda a dar frutos en algunos años, el problema es que el país no puede esperar tanto y es, por ello, impostergable acelerar el cambio. Una manera relativamente rápida de lograrlo es privatizando.
Es inevitable, luego de la satanización de la que ha sido objeto el término privatización, que el solo usarlo genere indignación en sectores ideologizados, que son los causantes de que generaciones de peruanos salgan prácticamente analfabetas luego de 12 años estudiando.
Sin embargo, cuando se ven los excelentes resultados académicos de esfuerzos privados en colegios del Estado –ya sea por concesión, como es el caso de Fe y Alegría, o por adopción, como son las Escuelas Exitosas del IPAE–, entonces nos preguntamos por qué no hay más de ellos. En la actualidad, hay 82 mil alumnos en el primero, y 650 escuelas rurales apoyadas por el segundo. Sin duda, esfuerzos encomiables, pero falta una enormidad si consideramos que hay más de 6 millones de estudiantes en colegios estatales.
Por ello, haría bien el Gobierno en incentivar un aumento del apoyo privado. Así, por ejemplo, se podría revisar el tratamiento tributario que reciben las empresas que donan recursos para estos esquemas o apoyar la canalización de recursos de cooperación internacional. Lo urgente es actuar con convicción para incrementar este tipo de esfuerzos que, sin duda alguna, aceleran la transformación de la educación.
Pese a que en nuestro país existe temor político a ser radical en el tema educativo, es innegable que solo los países que aplicaron esquemas innovadores –como entregar la administración de la escuela rural a la comunidad o distribuir cupones educativos para que sea el alumno el que decida dónde estudiar– han logrado mejorar la calidad de la enseñanza estatal. En nuestro caso, tenemos la ventaja de que la experiencia exitosa que se ha tenido con esfuerzos de apoyo privado, como los mencionados, permitiría –fomentándolos– cortar camino y ganar años. Ojalá que el Gobierno se vuelva más imaginativo.
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FRITZ DU BOIS,
PERU
jueves, 11 de febrero de 2010
En la Era Digital y al Fondo del Desagüe
Por: Fritz Du Bois
PERU 21
11-02-10
Hasta hace unos años, el sector de las telecomunicaciones en el Perú era uno de los más atrasados. Conseguir un teléfono tomaba no menos de 10 años y costaba un ojo de la cara. Incluso para obtenerlo en esas condiciones había que estar envarado. Las líneas telefónicas eran de los bienes más preciados que podían ser heredados.
Sin embargo, hoy, el que nuestro país esté ingresando en la era de la televisión digital o que existan 27 millones de celulares en el país ya no nos sorprende tanto. Simplemente, en los últimos años nos hemos acostumbrado al progreso, lo cual es muy correcto. Los peruanos tenemos todo el derecho de tener el mismo acceso que el resto del mundo al desarrollo.
Pero tenemos otros servicios públicos en los cuales seguimos estando en la cola de la región. Saneamiento es el ejemplo más dramático. El único indicador que parece aumentar en ese sector son los escándalos, mientras que la mitad de los peruanos no tiene agua potable ni desagüe en sus hogares.
Desafortunadamente, lo ocurrido con Sedapal en San Bartolo no es una excepción. Muchos contratos o concursos convocados por esa entidad han sido cuestionados y, evidentemente, no es eficiente, tal como lo demuestra la inadecuada cobertura que ofrece a la población. Es la típica empresa del Estado en la cual los directivos tienen un horizonte limitado (el tiempo que dure el ministro a cargo) y no tienen el incentivo adecuado, ya que el Gobierno les pide favores políticos en lugar de resultados.
Además, los gerentes no cuentan con la fiscalización de una verdadera junta de accionistas ni de un directorio independiente, ya que Fonafe no es más que una agencia de empleos para partidarios. Por todo ello, no es sorpresa el pésimo servicio ni los malos manejos.
Por otro lado, pese a toda la demagogia que rodea la satanización del proceso de privatización, el hecho concreto e irrefutable es que en telefonía hay amplia inversión privada e ilimitada competencia donde el consumidor reina. Mientras que saneamiento es un monopolio estatal donde solo algunos prosperan.
Así tenemos que el temor político de enfrentarse a los grupos que defienden a capa y espada el mantener a Sedapal en manos del Estado quedará grabado en el contraste de que muchos peruanos podrán disfrutar de la televisión digital, pero no contarán con agua ni con desagüe en sus hogares.
PERU 21
11-02-10
Hasta hace unos años, el sector de las telecomunicaciones en el Perú era uno de los más atrasados. Conseguir un teléfono tomaba no menos de 10 años y costaba un ojo de la cara. Incluso para obtenerlo en esas condiciones había que estar envarado. Las líneas telefónicas eran de los bienes más preciados que podían ser heredados.
Sin embargo, hoy, el que nuestro país esté ingresando en la era de la televisión digital o que existan 27 millones de celulares en el país ya no nos sorprende tanto. Simplemente, en los últimos años nos hemos acostumbrado al progreso, lo cual es muy correcto. Los peruanos tenemos todo el derecho de tener el mismo acceso que el resto del mundo al desarrollo.
Pero tenemos otros servicios públicos en los cuales seguimos estando en la cola de la región. Saneamiento es el ejemplo más dramático. El único indicador que parece aumentar en ese sector son los escándalos, mientras que la mitad de los peruanos no tiene agua potable ni desagüe en sus hogares.
Desafortunadamente, lo ocurrido con Sedapal en San Bartolo no es una excepción. Muchos contratos o concursos convocados por esa entidad han sido cuestionados y, evidentemente, no es eficiente, tal como lo demuestra la inadecuada cobertura que ofrece a la población. Es la típica empresa del Estado en la cual los directivos tienen un horizonte limitado (el tiempo que dure el ministro a cargo) y no tienen el incentivo adecuado, ya que el Gobierno les pide favores políticos en lugar de resultados.
Además, los gerentes no cuentan con la fiscalización de una verdadera junta de accionistas ni de un directorio independiente, ya que Fonafe no es más que una agencia de empleos para partidarios. Por todo ello, no es sorpresa el pésimo servicio ni los malos manejos.
Por otro lado, pese a toda la demagogia que rodea la satanización del proceso de privatización, el hecho concreto e irrefutable es que en telefonía hay amplia inversión privada e ilimitada competencia donde el consumidor reina. Mientras que saneamiento es un monopolio estatal donde solo algunos prosperan.
Así tenemos que el temor político de enfrentarse a los grupos que defienden a capa y espada el mantener a Sedapal en manos del Estado quedará grabado en el contraste de que muchos peruanos podrán disfrutar de la televisión digital, pero no contarán con agua ni con desagüe en sus hogares.
miércoles, 10 de febrero de 2010
Europa: la Deuda Contraataca
Por: Humberto Campodónico
LA REPUBLICA
10-02-10
En los últimos días, las preocupaciones acerca de si Grecia, España y Portugal tenían la capacidad de pagar sus enormes deudas sacudieron a los mercados globales (tanto las bolsas como los mercados monetarios y los de commodities), mientras los inversionistas se preguntaban si otros países, incluido EEUU, van a sufrir los mismos problemas después de haber gastado enormes sumas de dinero para estimular sus economías.
En efecto, la deuda de los países industrializados ha alcanzado los “niveles latinos” de la década del 80. Grecia lidera el pelotón con una deuda total (externa e interna) del 123% de su PBI (en el Perú, en 1988, la deuda externa alcanzó el 100% del PBI). Muy cerca están Bélgica, Francia, Portugal, España, Reino Unido e Irlanda (ver cuadro). EEUU tiene una deuda de 92.4% y el promedio OCDE es 97.4%.
El problema central radica en que la institución a la cual debía acudir Grecia para “obtener ayuda” es el FMI. Pero eso es como darle “el beso de la muerte” a la credibilidad de todo el sistema económico y monetario de la Unión Europea (UE). Imagínense: ¡un país de la UE en el FMI!
Por eso el premier griego, George Papaconstantinou, afirmaba en todos los tonos que de ninguna manera acudirían al FMI: “El problema es nuestro y lo resolveremos solos”. Pero al analizar de cerca los recortes fiscales que tenía que hacer Grecia para bajar su actual déficit fiscal de 13 % a 3% del PBI, que es la regla de la UE, sus afirmaciones simplemente no eran creíbles.
¿Cuáles son las medidas? Congelamiento salarial, incluido el recorte de sueldos de los empleados públicos del 5.5%, así como el aumento de los impuestos a los combustibles y de la edad de jubilación. Caramba, no van al FMI pero vaya que sí aplican su programa. Así, hoy miércoles hay huelga del sector público y hasta los aeropuertos estarán cerrados. Dicen los sindicatos griegos que los trabajadores no tienen por qué pagar la crisis de los banqueros y que “serán un ejemplo para España y Portugal”.
De su lado, los otros miembros de la UE (sobre todo, Alemania y Francia) aprobaban las expresiones de Papaconstantinou, pero sabían que el problema era más complejo y comprometía al euro, pilar central de la UE (bajó más de 8% en las últimas semanas).
Claro, porque son similares los problemas de España y Portugal, que en estos días están discutiendo sus programas de austeridad.
No solo ellos están preocupados. Dice el New York Times que “los inversionistas están tratando de medir cuán seriamente la cesación de pagos (defaults) de los europeos podría afectar a las instituciones financieras de EEUU, así como a los mercados globales de crédito, pues está aún fresco el colapso del mercado inmobiliario de EEUU” (10/02/2010). Es por eso que, ayer martes, voceros de Alemania y Francia “tiraron la esponja” y anunciaron que la UE estaba contemplando “rescatar” a Grecia. Otra vez, “papá Estado” viene al rescate, esta vez preocupado no solo por las consecuencias económicas sino también por el agravamiento del clima social. Este salvataje de la UE a Grecia (cuyos detalles serán discutidos estos días), de un lado, ha calmado a los mercados pero, de otro, significa un grave “riesgo moral”, pues los inversionistas van a apostar a que, en última instancia, siempre serán rescatados.
Corolario: la crisis sistémica global que comenzó en el 2008 está todavía allí, viva y coleando. Veremos qué pasa.
LA REPUBLICA
10-02-10
En los últimos días, las preocupaciones acerca de si Grecia, España y Portugal tenían la capacidad de pagar sus enormes deudas sacudieron a los mercados globales (tanto las bolsas como los mercados monetarios y los de commodities), mientras los inversionistas se preguntaban si otros países, incluido EEUU, van a sufrir los mismos problemas después de haber gastado enormes sumas de dinero para estimular sus economías.
En efecto, la deuda de los países industrializados ha alcanzado los “niveles latinos” de la década del 80. Grecia lidera el pelotón con una deuda total (externa e interna) del 123% de su PBI (en el Perú, en 1988, la deuda externa alcanzó el 100% del PBI). Muy cerca están Bélgica, Francia, Portugal, España, Reino Unido e Irlanda (ver cuadro). EEUU tiene una deuda de 92.4% y el promedio OCDE es 97.4%.
El problema central radica en que la institución a la cual debía acudir Grecia para “obtener ayuda” es el FMI. Pero eso es como darle “el beso de la muerte” a la credibilidad de todo el sistema económico y monetario de la Unión Europea (UE). Imagínense: ¡un país de la UE en el FMI!
Por eso el premier griego, George Papaconstantinou, afirmaba en todos los tonos que de ninguna manera acudirían al FMI: “El problema es nuestro y lo resolveremos solos”. Pero al analizar de cerca los recortes fiscales que tenía que hacer Grecia para bajar su actual déficit fiscal de 13 % a 3% del PBI, que es la regla de la UE, sus afirmaciones simplemente no eran creíbles.
¿Cuáles son las medidas? Congelamiento salarial, incluido el recorte de sueldos de los empleados públicos del 5.5%, así como el aumento de los impuestos a los combustibles y de la edad de jubilación. Caramba, no van al FMI pero vaya que sí aplican su programa. Así, hoy miércoles hay huelga del sector público y hasta los aeropuertos estarán cerrados. Dicen los sindicatos griegos que los trabajadores no tienen por qué pagar la crisis de los banqueros y que “serán un ejemplo para España y Portugal”.
De su lado, los otros miembros de la UE (sobre todo, Alemania y Francia) aprobaban las expresiones de Papaconstantinou, pero sabían que el problema era más complejo y comprometía al euro, pilar central de la UE (bajó más de 8% en las últimas semanas).
Claro, porque son similares los problemas de España y Portugal, que en estos días están discutiendo sus programas de austeridad.
No solo ellos están preocupados. Dice el New York Times que “los inversionistas están tratando de medir cuán seriamente la cesación de pagos (defaults) de los europeos podría afectar a las instituciones financieras de EEUU, así como a los mercados globales de crédito, pues está aún fresco el colapso del mercado inmobiliario de EEUU” (10/02/2010). Es por eso que, ayer martes, voceros de Alemania y Francia “tiraron la esponja” y anunciaron que la UE estaba contemplando “rescatar” a Grecia. Otra vez, “papá Estado” viene al rescate, esta vez preocupado no solo por las consecuencias económicas sino también por el agravamiento del clima social. Este salvataje de la UE a Grecia (cuyos detalles serán discutidos estos días), de un lado, ha calmado a los mercados pero, de otro, significa un grave “riesgo moral”, pues los inversionistas van a apostar a que, en última instancia, siempre serán rescatados.
Corolario: la crisis sistémica global que comenzó en el 2008 está todavía allí, viva y coleando. Veremos qué pasa.
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HUMBERTO CAMPODONICO,
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sábado, 6 de febrero de 2010
La Teta y la Exportación de Espárragos
Por: Gustavo Rodríguez *
EL COMERCIO
06-02-10
Hoy me levanté y, como todos los días, el televisor me devolvió un resumen de las últimas noticias. La película “La teta asustada” y su nominación a los premios Óscar aparecieron multiplicadas en todas las señales.
Nunca, ni en los tiempos de la Cicciolina, una teta nos ha dado tanto de que hablar: lo hacía la actriz principal, la directora, las productoras y hasta los críticos de cine.
Hasta que habló Manchay. Como ya es sabido, fue en aquel distrito periférico de Lima donde se filmó la mayor parte de esta película, y los vecinos que habían participado del rodaje celebraban esta nominación como un logro personal.
Fue uno de esos testimonios entusiastas el que me hizo escribir este artículo. Le pertenecía a una señora que, dando vivas, dijo algo así como: “Estamos celebrando que nuestras calles van a ser vistas por el mundo”.
El Perú debe ser el país con más ganas de aparecer en el mapa del mundo. Lo vemos cuando se trata de votar en Internet por la nueva maravilla o por la bandera más bonita. Lo confirmé cuando hace cinco años le pidieron a mi empresa comunicarle a un Perú dudoso las ventajas de firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Una de las oportunidades que encontramos fue decirles a los pobladores de varias regiones que sus productos locales ya estaban apareciendo en el mapa del mundo, y que con el libre comercio lo iban a terminar de lograr: “En España, los espárragos de La Libertad ya se prefieren a los de Navarra. Esta es la oportunidad para que el resto del mundo los descubra y los celebre con deleite”.
Así es. Los peruanos, en nuestra mayoría, queremos ser parte del mundo, ser reconocidos, sabernos integrados. Es un síntoma de lo encerrados que estuvimos por décadas y de la poca autoestima que aún nos aflige. Y, desde el punto de vista de la persuasión, es una oportunidad emocional para mudar oposiciones populares a escenarios más optimistas.
(*) Escritor y comunicador
EL COMERCIO
06-02-10
Hoy me levanté y, como todos los días, el televisor me devolvió un resumen de las últimas noticias. La película “La teta asustada” y su nominación a los premios Óscar aparecieron multiplicadas en todas las señales.
Nunca, ni en los tiempos de la Cicciolina, una teta nos ha dado tanto de que hablar: lo hacía la actriz principal, la directora, las productoras y hasta los críticos de cine.
Hasta que habló Manchay. Como ya es sabido, fue en aquel distrito periférico de Lima donde se filmó la mayor parte de esta película, y los vecinos que habían participado del rodaje celebraban esta nominación como un logro personal.
Fue uno de esos testimonios entusiastas el que me hizo escribir este artículo. Le pertenecía a una señora que, dando vivas, dijo algo así como: “Estamos celebrando que nuestras calles van a ser vistas por el mundo”.
El Perú debe ser el país con más ganas de aparecer en el mapa del mundo. Lo vemos cuando se trata de votar en Internet por la nueva maravilla o por la bandera más bonita. Lo confirmé cuando hace cinco años le pidieron a mi empresa comunicarle a un Perú dudoso las ventajas de firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Una de las oportunidades que encontramos fue decirles a los pobladores de varias regiones que sus productos locales ya estaban apareciendo en el mapa del mundo, y que con el libre comercio lo iban a terminar de lograr: “En España, los espárragos de La Libertad ya se prefieren a los de Navarra. Esta es la oportunidad para que el resto del mundo los descubra y los celebre con deleite”.
Así es. Los peruanos, en nuestra mayoría, queremos ser parte del mundo, ser reconocidos, sabernos integrados. Es un síntoma de lo encerrados que estuvimos por décadas y de la poca autoestima que aún nos aflige. Y, desde el punto de vista de la persuasión, es una oportunidad emocional para mudar oposiciones populares a escenarios más optimistas.
(*) Escritor y comunicador
viernes, 5 de febrero de 2010
Los Países Ricos Altamente Endeudados (PRAE)
Por: Óscar Ugarteche Economista*
EL COMERCIO
05-02-10
En lo que sería una reacción en cámara lenta ante un problema identificado hace más de un año, los agentes económicos se están comenzando a dar cuenta de que esta crisis no tiene forma de una V y ni siquiera de una W en términos del crecimiento del PBI, sino de una L.
La razón de la curva en forma de L, ya anunciada hace tiempo en esta columna, es el peso que tiene la deuda en el PBI de las economías más ricas.
Las noticias recientes de la crisis anuncian un Japón desclasificado, de estable a negativo, y una Grecia camino al cese de pagos.
Se anticipan desclasificaciones para Irlanda, Portugal, España y veremos si para Gran Bretaña y para Estados Unidos, si es que las calificadoras de riesgo mantienen los mismos criterios que usan para calificar a las naciones de América Latina y África.
Si tienen más de 80% de deuda pública sobre el PBI, la cosa va para menos; y si poseen más de 100%, va para mal.
Si tienen menos de tres meses de reservas internacionales netas para financiar sus importaciones, es muy malo.
Los problemas son mayores y las soluciones no están a la vista. La cumbre de Copenhague fue un fracaso climático y la de Davos, un fracaso bancario global, ambos en términos de una regulación de carácter mundial.
Quienes insisten en el mercado como mecanismo de solución a sus problemas son los banqueros de inversión, que reciben bonificaciones gigantes en un sistema financiero rescatado con dinero de los contribuyentes del mundo entero desde hace más de una década.
Quienes insisten en que no hay problemas climáticos son los petroleros del norte y del sur. Todos siguen mirando la guerra como la salida.
Este es un problema de reconversión financiera, tecnológica, productiva, ambiental y económica profunda.
Eso no se hace con países ricos debilitados y encubiertos tras la estadística de las economías del G-20.
* Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM
EL COMERCIO
05-02-10
En lo que sería una reacción en cámara lenta ante un problema identificado hace más de un año, los agentes económicos se están comenzando a dar cuenta de que esta crisis no tiene forma de una V y ni siquiera de una W en términos del crecimiento del PBI, sino de una L.
La razón de la curva en forma de L, ya anunciada hace tiempo en esta columna, es el peso que tiene la deuda en el PBI de las economías más ricas.
Las noticias recientes de la crisis anuncian un Japón desclasificado, de estable a negativo, y una Grecia camino al cese de pagos.
Se anticipan desclasificaciones para Irlanda, Portugal, España y veremos si para Gran Bretaña y para Estados Unidos, si es que las calificadoras de riesgo mantienen los mismos criterios que usan para calificar a las naciones de América Latina y África.
Si tienen más de 80% de deuda pública sobre el PBI, la cosa va para menos; y si poseen más de 100%, va para mal.
Si tienen menos de tres meses de reservas internacionales netas para financiar sus importaciones, es muy malo.
Los problemas son mayores y las soluciones no están a la vista. La cumbre de Copenhague fue un fracaso climático y la de Davos, un fracaso bancario global, ambos en términos de una regulación de carácter mundial.
Quienes insisten en el mercado como mecanismo de solución a sus problemas son los banqueros de inversión, que reciben bonificaciones gigantes en un sistema financiero rescatado con dinero de los contribuyentes del mundo entero desde hace más de una década.
Quienes insisten en que no hay problemas climáticos son los petroleros del norte y del sur. Todos siguen mirando la guerra como la salida.
Este es un problema de reconversión financiera, tecnológica, productiva, ambiental y económica profunda.
Eso no se hace con países ricos debilitados y encubiertos tras la estadística de las economías del G-20.
* Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM
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