sábado, 28 de febrero de 2009

La Curva de la Crisis

Por: Óscar Ugarteche*
EL COMERCIO
28-02-09


El director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, Strauss Kahn, dijo recientemente que esta crisis sería de cinco años de bajada y luego una década de estabilidad en el fondo, al modo de la crisis japonesa. Gordon Brown, el primer ministro inglés, dijo lo mismo. Algunos analistas anglosajones han venido diciendo desde el inicio que esta crisis tendría forma de V o de U, es de decir, que bajaría y rebotaría de inmediato. Cuando la recesión estadounidense fue reconocida en diciembre del 2008, un año después de iniciada, ya escasamente se podía hablar de V. Ya tampoco de recesión.

El 13 de febrero del 2009, en el “New York Times” apareció la noticia que los 50 mayores bancos de EE.UU. estaban quebrados, en la visión de los analistas financieros más prestigiosos de dicho país. Esto fue acompañado por una entrevista en radio Deutsche Welle a Joseph Stiglitz, el economista que ganó el Nobel en el 2001, allí dijo lo mismo y afirmó que había que nacionalizar la banca. La discusión sobre la nacionalización de la banca en Inglaterra y Estados Unidos en el inicio de la primera depresión económica del siglo XXI es importante que sea leída en América Latina, donde nacionalizamos y privatizamos la banca dos veces desde los 80 —cuando tuvimos depresión económica. La razón de esta política, explican, es darle estabilidad a la economía y no tanto un argumento ideológico, como se empecinaron algunos en afirmar hace 20 años.

El problema es que la bajada sigue y los centenares de miles de millones de dólares que se están inyectando en los bancos en la forma de acciones preferentes en Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania e Islandia, acompañados por la compra de carteras pesadas, no logra que regrese el crédito al consumo, ni a la producción, ni al comercio internacional, ni mucho menos a los proyectos de desarrollo.

Lo que está contagiando la crisis estadounidense y del G7 al resto del mundo, más que la baja de precios de commodities, es la sequía del crédito. Si se recuerda la crisis de 1929 a 1934, esto fue seguido de una sequía de crédito internacional privado que duró hasta los años 60, cuando se estableció el euromercado. Si se mira la crisis de 1872 a 1876 se puede apreciar la sequía crediticia duró hasta inicios del siglo XX. Si se mira la crisis japonesa de 1990, la bajada fue de enero de 1990 a diciembre de 1994 y luego la estabilidad en el fondo de 1995 en adelante, con la excepción breve de la vuelta del siglo, y se reconoce la misma falta de crédito.

La forma de esta crisis es una L con un brazo horizontal muy largo. La bajada es el período de las quiebras de las empresas con tecnología obsoleta y del sistema financiero montado sobre el financiamiento de la actividad económica. El piso es el período en que se reestructura el aparato productivo con las nuevas tecnologías y, en este caso, las nuevas energías. Es el momento de la nueva industrialización.


* Economista-Investigador Principal del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

El Mercado en la Informalidad

Entrevista a Hernando de Soto
¿Qué tienen en común los ejecutivos de Wall Street con las personas más pobres del mundo? En esta entrevista de “Newsweek”, el economista peruano da la respuesta

Por: Barret Sheridan
EL COMERCIO
28-02-09


Aunque resulta difícil de creer, en este momento los financistas con trajes Gucci de Wall Street tienen bastante en común con los habitantes de barriada en Kenia y Bombay: ambos están atascados en economías informales, donde datos básicos, como quién posee qué, son casi imposibles de determinar. Esa opacidad, dice el economista peruano Hernando de Soto, es la fuente de la continua crisis crediticia que agosta Nueva York, Londres y otros centros financieros, y que es una realidad básica de la vida en gran parte del mundo en desarrollo. De Soto, quien dirige el Instituto Libertad y Democracia, un “think tank” global, conversó desde sus oficinas en Lima con Barret Sheridan de “Newsweek”. Extractos:

Su best seller, “El misterio del capital” aborda la idea de los derechos de propiedad y su impacto en el desarrollo económico.
Lo que posibilita una economía de mercado es que las personas puedan encontrar datos unas sobre otras y acerca de sus empresas, aun sin tener contacto físico directo. Así que la pregunta es, ¿cómo llegan a conocer las cosas? ¿Cómo consiguen datos? Encontrarás que la mayoría de los datos que quieres están en los papeles de propiedad. Una de las cosas que los países en desarrollo no tienen es que cerca del 80% de sus empresas en realidad no están plenamente registradas como propiedad.

Y la manera más sencilla de graficar esta idea es que un montón de personas pobres en los países en desarrollo no tienen títulos de propiedad de sus viviendas.
No tienen títulos registrados. Incluso pueden llegar a tener un título, pero no está en el sistema del conocimiento, por lo cual uno no puede leer sobre él.

Así que este conocimiento sobre quién posee qué no está estandarizado.
No está estandarizado y no está distribuido. Puede tener aquí un manuscrito que dice en efecto —de manos del rey de España— que desde que los españoles llegaron al Perú, yo poseo esta tierra. Pero tú no puedes saber de ello a menos que yo lo registre.

¿Por qué es tan importante la propiedad?
La propiedad significa que tengo algo que perder. Si uno es banquero, significa que tiene una garantía. También quiere decir que soy creíble, de modo que me puedes dar crédito. Si lo piensas, sea propiedad, sea crédito, sea capital, sea identificación, ninguna de las cosas que forman una economía moderna son posibles sin propiedad.

¿Cómo se relaciona esto con la crisis financiera?
El enorme monto de derivados financieros vertidos al mercado —hay cerca de US$600 trillones de estos papeles dando vueltas— tampoco está registrado de manera global o centralizada, o de forma que permita empezar a cuantificarlos. [El presidente de la SEC Christopher] Cox calculó que tal vez la parte tóxica de todos estos activos era de uno a dos trillones de dólares. [El secretario del Tesoro Timothy] Geithner nos contó que tal vez había tres o cuatro trillones de dólares. Nadie sabe a ciencia cierta, así que de cierta manera EE.UU. y Europa en los últimos años representan la más grande economía informal, o a la sombra, del mundo. Ese papel no identificado es la fuente de la incertidumbre y de la contracción del crédito.

Así que no están identificados, de la misma manera que la propiedad en, digamos, una barriada en el Perú o África no está identificada.
Correcto. Hemos trabajado en lugares como Tanzania y Egipto y Etiopía. Cuando uno visita un hogar allí no encuentra su justificación en los libros. En otras palabras, no es información disponible centralmente. Cuando uno habla sobre economías informales en muchos países, no es solo la economía de los gángsteres. También son economías informales aquellas donde una gran parte de las empresas no tienen los atributos funcionales para operar con credibilidad en el mercado. Entre ellas se cuentan esas que, si bien son autorizadas, el papel que las identifica, que determina su propiedad y evidencia de que existen no está disponible fácilmente ni de manera pública. Eso es lo que crea la sombra.

¿El mercado de hipotecas subprime o de alto riesgo se ha convertido en una economía informal?
Las hipotecas subprime no son una economía informal. Pero lo que ha sucedido es que gran parte de estas hipotecas fueron originalmente empacadas y convertidas en valores. Luego se volvieron obligaciones de deuda colateralizadas y fueron fileteadas y retaceadas, y de nuevo reempacadas. Cuando algunas de estas hipotecas se agriaron y la gente empezó a incumplir sus pagos, entonces claro que los valores amarrados a ellas también se agriaron. Pero cuando tratas y haces un seguimiento sobre quién es en última instancia responsable del valor de aquel papel, ya no puedes seguirle la huella y encontrarlo. Esa es la parte del mercado que se ha vuelto tóxica porque vive en la sombra de la informalidad.

De modo que en lo básico, derechos de propiedad mal definidos en el sector de las hipotecas subprime causaron un colapso. ¿Sucede lo mismo en el mundo en desarrollo?
Sí. Es de esperar que esa sombra sea una condición temporal en EE.UU. y Europa occidental. Se podrá superar en un año o 10, pero será superada. La situación pasajera que hoy se da en los países desarrollados, en cambio, es una situación crónica en los países en desarrollo. Siempre andamos en escasez de crédito. Como no se sabe quién es dueño de qué, nadie se atreve a prestarle a otro. Traer la ley a los mercados emergentes posiblemente sea la medida más importante que se puede tomar para ayudar a que esos países enriquezcan. Miren a los iraníes, miren a los coreanos del norte: están construyendo plantas nucleares. Miren la computadora: está siendo construida en el norte de la India. La cuestión no es la expansión de la tecnología. Todos la podemos conseguir, tomarla prestada, comprarla o robárnosla. La cuestión es cómo se obtiene un sistema legal que permite a la gente cooperar en mercados ampliados y así crear sistemas y objetos más complejos.

¿De modo que a estas alturas un banquero de Wall Street en un traje de US$10,000 está enfrentando básicamente el mismo problema que ha venido acosando por décadas o más a los habitantes de la barriada de Nairobi?
De todas maneras. Sin embargo, la diferencia está en que en Nairobi siguen luchando por comprender que un sistema de propiedad es la mejor forma que tienen de hacer las cosas. En EE.UU. cada lote de terreno, cada casa, cada automóvil, cada avión, cada manuscrito para una película, cada patente, están escritos, registrados y descritos. Solo hay en EE.UU. una cosa que no está registrada de esa manera, y eso son los derivados. Solo estamos hablando de un 7% del mercado suprime en la insolvencia y, sin embargo, está causando una enorme contracción en su economía. No logran que su crédito vuelva a fluir porque no saben qué está dónde y a quién pertenece.

¿Cuál es la respuesta? ¿Cómo le asignamos “derechos de propiedad” a los derivados?
Los bancos y los demás en poder de estos instrumentos deben reportarlos de manera tal que su gobierno y el público sepan quién es dueño de qué y dónde. Una vez que se haga la luz, sabrán quién es solvente, quién insolvente. Podrán tener un debate limpio respecto de a quién ayudar y a quién no ayudar. Y tendrán una mucho mejor idea de las consecuencias de ayudar o de no hacerlo. Ahora están discutiendo todas estas cuestiones, pero carecen de los datos relevantes. De modo que lo primero es que la ley exija a los dueños de esas cosas que se sinceren.

Cuando lo pone así suena sencillo, pero imagino que hay intereses creados dedicados a impedirlo.
Estoy convencido de que hay intereses creados. Establecer el derecho de propiedad en EE.UU. fue mucho más fácil que en Europa porque buena parte de la tierra, los activos, los bosques y las áreas rurales de hecho no pertenecían a nadie, o pertenecían a los pueblos autóctonos o a los mexicanos. Pero en Gran Bretaña los dueños de la propiedad pudieron resistirse a registrarla hasta el primer tercio del XX. Llegaron a argumentar que el conocimiento público de quién era dueño de qué podía conducir a envidias o cosas similares. Y lograron mantener la luz apagada hasta 1925. Después de la Segunda Guerra Mundial Occidente crece más que en los 2000 años anteriores. La cosa es que una economía de mercado opera en base a información. Si uno no tiene los datos, no tiene mercado, y no puede tener justicia.

¿Aquí en occidente lo hemos olvidado?
Se atribuye a Einstein haber dicho “¿Qué sabe el pez sobre el agua en la que nada?”. Uno tiene que ser humano y mirarla desde fuera, y entonces uno comprende por qué el pez vive donde vive. De modo que yo pienso que lo sucedido es que los occidentales obtuvieron derechos de propiedad muy temprano en el día, hace unos 200 años en el caso de los estadounidenses, y se acostumbraron a ellos. Ustedes son ese pez del cual hablaba Einstein.

(C) (2009), NEWSWEEK, INC. ALL RIGHTS RESERVED. REPRINTED BY PERMISSION.

LA FICHA
Nombre: Hernando de Soto Polar.
Profesión: Economista.
Edad: 67 años.
Cargo: Presidente del Instituto Libertad y Democracia (ILD).
Publicaciones: “El otro sendero”. “El misterio del capital”.
Trayectoria: Asesora a varios estados y gobiernos en políticas sociales y económicas.

viernes, 27 de febrero de 2009

Precio del Oro: ¿el Cielo es el Límite?

Por Humberto Campodónico
LA REPUBLICA
27-02-09


La burbuja especulativa de los precios de las materias primas se pinchó en agosto del 2008. Una a una cayeron de las alturas el petróleo, el maíz, el trigo y la soya, así como el cobre, el zinc y el plomo. Lo mismo le sucedió al oro, que bajó de US$ 970/onza en julio pasado hasta US$ 720/onza a mediados de noviembre.


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Pero el oro se recuperó y desde entonces ha subido casi ininterrumpidamente hasta arañar la barrera psicológica de US$ 1,000/onza hace pocos días. Algunos dicen que esto se debe a las compras de los hedge funds (fondos de cobertura). Otros señalan que el alza va a ser solo temporal porque ya disminuyó la demanda de joyas en los principales mercados: India y China.

La explicación más convincente tiene que ver, sin embargo, con el hecho de que el oro es reserva de valor y la gente lo busca como activo de refugio. Hace menos de 100 años también tenía otras funciones: era el equivalente general de medición del valor de las mercancías, a la vez que ejercía las funciones de moneda.

No solo eso. Hasta 1970 el sistema monetario internacional seguía ligado al precio del oro, pues EEUU garantizaba que su precio se mantendría en US$ 35/onza. Este acuerdo de Bretton Woods firmado en 1944 fue roto por Nixon en 1971 y, desde allí, el oro ya no tiene una función monetaria. Pero la función de reserva de valor no la ha perdido, lo que se manifiesta con fuerza en tiempos de crisis.

En efecto, al analizar la demanda de oro del 2008 y las proyecciones del 2009 del Consejo Mundial del Oro, se aprecia que disminuye el uso del oro para joyería, industrias e inversiones físicas en moneda y barras. Pero aumenta la demanda de los fondos de inversión en oro, principalmente el Exchange Trading Fund (ETF, 121%), así como de los fondos de cobertura (hedge funds, en 305%) y, también, de los bancos centrales, sobre todo de Rusia.

Pero aquí viene la novedad. Dice Julian Phillips de Global Watch que desde diciembre las compras de los ETF han aumentado a un ritmo impresionante y, al 17 de febrero, han llegado a 244 millones de toneladas (MMT). Así la nueva proyección para los ETF ya no es de 678 MMT sino 1,355 MMT (news.goldseek.com/GoldForecaster/1235575485.php).

Por tanto, la oferta proyectada para el 2009 de 3,493 MMT no podría satisfacer el aumento de la demanda, pues la nueva producción de las minas no puede aumentar. Solo quedaría que los bancos centrales vendan más oro que el proyectado y que aparezca mucha oferta de oro-chatarra, lo que es difícil. También dice Phillips que el FMI no puede vender su oro rápidamente, pues necesita el sí del Congreso de EEUU.

Así, algunos analistas dicen que la demanda de los ETF no constituye una burbuja, por lo que pronostican un continuado aumento hasta US$ 2,000/onza. Agregan, además, que ahora viene el turno de invertir en las acciones de las empresas mineras, cuyos precios están bajos.

Dicho esto, un precio que actualmente supera en más de 4 veces el costo de producción promedio sí está formando una burbuja, aunque los analistas digan lo contrario. Si bien el oro sigue siendo reserva de valor, es un error decir que se puede quedar “pegado al techo” por un tiempo largo. Más temprano que tarde, volverá a su nivel. Eso no quita que sea muy revelador que toda la parafernalia instrumental actual no pueda superar los miedos atávicos y se siga refugiando en un metal que, finalmente, es solo eso. Un metal.

lunes, 23 de febrero de 2009

A Río Revuelto...

Por: Julio Luque Ingeniero
EL COMERCIO
23-02-09


La crisis está llegando, lenta e implacablemente. Me hace recordar la subida a Pasamayo, cuando se advierten los primeros bancos de niebla y las luces de los autos en sentido contrario auguran una densa bruma en la cima. Sin embargo, la crisis es todavía un tema más de mentes que de bolsillos, pues aún no hay indicadores confiables que confirmen una recesión. Hay muchos rumores y titulares acerca de desgracias económicas en otros países; además de la persistencia de algunos analistas y periodistas de confundir desaceleración con decrecimiento.

Ante la llegada de la crisis mucho se habla de los perdedores. Es decir, de los exportadores en general, los productores de materias primas cuyos precios se han desplomado, los vendedores de bienes durables, los operadores de entretenimiento y turismo. No obstante, poco se dice de los ganadores. Y es que a río revuelto, ganancia de pescadores.

A juzgar por lo que he visto y vivido en las últimas semanas, me atrevo a pronosticar que serán las empresas peruanas —en contraposición a las multinacionales— las que saldrán fortalecidas. Y no me refiero a que sea resultado de la inocua campaña Cómprale al Perú. Ocurre que, en primer lugar, el acceso al crédito para empresas y consumidores tiene menos restricciones en el Perú que en el resto del mundo. La inmejorable salud de nuestro sistema financiero, unida al hecho de que la mayoría de colocaciones está aún en manos de bancos peruanos, cuyos directorios toman decisiones en Lima, hace que el crédito siga fluyendo con normalidad. Obviamente, con mayores cuidados que antes.

Por otra parte, muchas subsidiarias de empresas multinacionales establecidas en el Perú, a pesar de los buenos resultados locales, están recibiendo órdenes terminantes para reducir gastos, congelar inversiones y paralizar proyectos. Estas decisiones, sin duda, las obligarán a ceder posiciones en el mercado local.

Pero eso sí, uno no puede ganarse la lotería si no compra un boleto. Es un momento de recordar la respuesta de Sam Walton, fundador de Wal Mart, cuando un periodista le preguntó qué pensaba hacer ante la crisis que se avecinaba en 1991: “La hemos analizado detenidamente y hemos decidido no participar”.

viernes, 20 de febrero de 2009

Salvo el Poder, todo es Ilusión

Por: Jaime de Althaus
EL COMERCIO
20-02-09


Hugo Chávez debe estar abrazando la sensación del poder absoluto, pero todo en Venezuela es ilusión. Ganó efectivamente el referéndum que le permitirá tentar la reelección infinita, pero lo ganó convirtiendo al Estado y a las FF.AA. en su propio partido, gastando ingentes recursos públicos en la campaña. El Estado es su hacienda personal. Para este proceso tomó —así como lo lee— US$ 12.000 millones de las reservas del Banco Central y las transfirió al presupuesto para financiar los regalos de la campaña y seguir repartiendo los próximos meses. Si no me cree, abra la página web del Banco Central de Venezuela, haga clic en “reservas”, y verá como estas se desploman bruscamente de US$42.005 millones el 20 de enero a US$29.460 millones el 21 de ese mes.

Eso no es novedad. Ya en anteriores ocasiones Chávez había tomado reservas del Banco Central, por ejemplo, para pagar expropiaciones o para un fondo social. Pero nunca lo había hecho en una magnitud grosera como esta. Y es posible que esta propensión se agudice en la medida en que el precio del petróleo se mantenga bajo y si es que quedan reservas. Porque lo que está ocurriendo es que la economía se está tragando los dólares oficiales, cuyo precio está muy por debajo del dólar paralelo, que está ya a un 150% por encima del primero. Cuando la fantasía se desvanezca y la moneda local se devalúe estrepitosamente, la inflación, que en alimentos está ya por encima del 50% al año, se multiplicará. Y entonces también el bolívar será una ilusión, si ya no lo es.

Pero es en el sector “real” donde, paradójicamente, la ficción es mayor. El año pasado la industria, por ejemplo, creció menos del 2%. En Venezuela nadie invierte, y solo crecen los negocios vinculados al poder y los proveedores del Estado. Los alimentos y los bienes hay que importarlos y no se genera empleo. Los pobres viven de las dádivas del tirano, que se diluirán cada vez más en inflación. Y allí, hasta las dádivas serán ilusión.

Lo que no es ilusión, sino realidad absoluta, es la corrupción: sea para venderle al Estado; en las empresas públicas y las obras; o para comprar los dólares Cadivi (como los legendarios MUC), más baratos, que se expenden incluso para importar productos suntuarios como licores o las camionetas Humers de 100 mil dólares o más que compulsivamente compra la nueva y radiante boliburguesía. Por eso, salvo el poder, todo es ilusión, como proclamaba Sendero Luminoso.

martes, 17 de febrero de 2009

Dinosaurios Ideológicos

Por: Gonzalo Prialé
CORREO
17-02-09


Si ésta fuera la crisis final del capitalismo, no podría ser una crisis cíclica, puesto que si fuera la última de las crisis, se terminaría el ciclo económico.

El tema de la crisis final del capitalismo es una fábula marxista. Algunos aún creen que a fuerza de repetirlo llegará a ocurrir. En cambio, desde el campo capitalista nunca existió algo equivalente, tal como una inminente crisis final del marxismo. Y el marxismo caducó a fines del siglo pasado.

Sólo dinosaurios ideológicos como Evo, Chávez y Fidel siguen postulando ideas marxistas refritas y fracasadas. Aquí Humala de manera simplista caracteriza al Perú como un país cuya economía gira alrededor de enclaves mineros que producen materias primas sin valor agregado.

A lo largo de la historia, muchos estudiosos profundizaron en el tema de los ciclos de auge y caída de la actividad económica. Uno de los más conocidos es el ruso Kondratieff, quien en 1935 publicó Los grandes ciclos de la vida económica, donde halló ciclos largos de 54 años, los famosos ciclos de Kondratieff. Pero esto resulta un anacronismo a estas alturas de la globalización.

No sólo las pirámides y las burbujas han generado crisis económicas. Estas también fueron causadas por guerras, plagas, desastres naturales, mal clima, hambrunas y cambios tecnológicos a lo largo de la historia.Las pirámides y las burbujas constituyen errores de juicio colectivo impulsados por la codicia, antes que fallas fundamentales del modelo económico. Han existido burbujas en Holanda en el siglo XVII (tulipanes), en Inglaterra en el siglo XVIII (Compañía de los Mares del Sur), en Japón en 1992 (burbuja inmobiliaria), en EE.UU. en 2001 (burbuja hightech), entre otras. Las pirámides recientes en inmuebles, derivativos y tarjetas de crédito en EE.UU. no son nuevas bajo el sol. Pero son las más grandes de la historia.

En general, las burbujas derivan del comportamiento tipo rebaño. Individuos que, por ejemplo, compran un producto codiciosamente, sin parar, porque creen que los precios continuarán subiendo siempre, lo cual les permitiría seguir ganando cómodamente en la subida. Esto es imposible y se puede demostrar con una reducción al absurdo: si todos compraran permanentemente algo, terminarían adquiriéndolo todo y en el proceso desaparecerían los vendedores y el mercado mismo.Gonzalo Prialé

domingo, 15 de febrero de 2009

Litio en Bolivia

Por: Alfredo Barnechea
CORREO
15-02-09


El Salar de Uyuni es una de las grandes bellezas naturales de Bolivia -y del mundo. Acompañé allí en una ocasión al entonces Presidente Mesa, y el espectáculo era casi intimidante, sobrecogedor.

Leí hace un par de semanas un artículo de Simón Romero en el International Herald Tribune, y resulta que debajo de Uyuni se encuentran las mayores reservas de litio del mundo.

Hasta ahora, el litio se usaba en algunos medicamentos, o en ciertas armas termonucleares, pero comenzó a usarse para hacer los Blackberry, y será un componente crucial para la nueva generación de vehículos eléctricos, o híbridos. Como pesa, aprendo, menos que el níquel, servirá para almacenar más electricidad y permitir que esos vehículos recorran más distancias.

Nadie sabe ahora qué pasará con la General Motors. Históricamente se decía que lo que era bueno para GM, era bueno para Estados Unidos. Pero ahora es el símbolo de la declinación industrial norteamericana. Su capitalización bursátil es 1,900 millones de dólares, la más pequeña de los fabricantes de automóviles, 60 veces menos que la de Volkswagen, que es ahora el más grande, después de la especulación bursátil en ella de Porsche. Con todo, GM planea producir el Volt, un carro basado en el litio.

Según el artículo de Romero, habría litio en Argentina, Chile y el Tíbet, pero Bolivia tendría aproximadamente la mitad de las reservas de litio del mundo. El US Geological Survey habría establecido que tendría 5.4 millones de toneladas, Chile 3, China (en el Tíbet, si es de China) 1.1, mientras que Estados Unidos tendría sólo 400,000 toneladas.

Bolivia podría ser, entonces, la Arabia Saudita del litio, un insumo clave de una era post-petróleo.

¿De qué le servirá a Bolivia?

Hace apenas un lustro, Bolivia tenía reservas estratégicas de gas, que parecían indispensables para sus vecinos. Pero no ha podido hacer nada grande con ellas. Y los recursos naturales que no pueden extraerse, y transportarse, tienen un valor cercano a cero. Entre tanto, su gigante vecino, Brasil, ha encontrado enormes reservas de hidrocarburos como el campo de Tupi, y Perú se encamina a tener reservas de gas acaso comparables a las de Bolivia, cosa por confirmarse en poco más de un año. El peso de Bolivia no es el de hace un lustro.

El litio se encontrará con el mismo furor nacionalista que el gas.

Pero desafortunadamente los recursos naturales no crean por sí solos desarrollo. En los últimos 25 años, los países sin recursos superaron siempre en crecimiento a los países con recursos.

La historia contemporánea es abundante en ejemplos. Los NICs, los nuevos países industrializados, es decir los tigres del Asia, no tenían prácticamente recursos naturales. Israel, que comenzó produciendo naranjas y ahora exporta software, tampoco los tenía (acaba de descubrir algo de gas). En cambio el Congo está lleno de recursos, de tamaño y diversidad casi obscenos. Pero en lugar de desarrollo, lo que logró desde la descolonización fue pobreza, autocracia, corrupción, guerra civil.

Porque además de que no crean desarrollo, tampoco contribuyen a la civilización de la política. En un magnífico artículo en Foreign Policy, Thomas Friedman estableció la primera ley de la Petropolítica: cuando el precio del petróleo sube, baja la democracia. Cuando cae, son la democracia y las libertades civiles las que suben. Es natural. En un Estado que no depende de los impuestos de sus ciudadanos sino de maná del cielo, la opinión de los ciudadanos no es muy importante.

Tampoco contribuyen a macroeconomías sanas. En los 70s, cuando Holanda descubrió petróleo en el mar del norte, aparte del petróleo descubrió lo que se llama desde entonces la enfermedad holandesa: la abundancia de un recurso natural aprecia las monedas, erosiona el sector de manufacturas, penaliza los sectores transables, desordena en suma la salud de las economías.

Uno de los pocos países que ha sabido manejar sus recursos naturales es Noruega. Con los ingresos de ellos creó masivos fondos de inversión, que transformaron esos ingresos no-renovables en pan para el futuro.

Porque los ingresos por recursos naturales no-renovables no son ingresos, rentas. Son consumos de capital. Lo que sale, sale para siempre del capital nacional. ¿Con qué se le reemplaza?

Es fundamental defender los derechos nacionales sobre los recursos naturales. ¿Pero cómo hacerlo eficientemente?

La respuesta normal son regalías. ¿Son ellas siempre las justas? Habitualmente hay una asimetría de información entre las empresas que contratan, que saben generalmente más que los Estados (o sus funcionarios) que poseen los recursos. Luego, las regalías se distribuyen mal. Y se gastan peor. ¿Cómo se defienden razonablemente los recursos, y se almacena riqueza para mañana? Chile ha creado fondos que trasladan los ingresos del cobre a fondos de competitividad, imitando un poco el modelo noruego.

El debate es crucial para Perú. Porque a lo largo de la historia, desde la Conquista visiblemente pero aún desde tiempos precolombinos, la gran riqueza en el Perú vino siempre de los recursos naturales, primordialmente la minería (a la que ahora podría agregarse el gas y sus derivados).

Pero ese debate no puede soslayar que la riqueza de un país no está en el subsuelo -aunque lo parezca. Hace un cuarto de siglo, Lawrence Harrison publicó El subdesarrollo es un estado de la mente. Allí comparaba casos de países. Haití contra Costa Rica, por ejemplo. En el siglo XVIII Haití era la colonia azucarera más productiva del mundo, y Costa Rica un páramo. En el XIX, Argentina era más importante que Canadá y Australia. Conocemos la situación actual.

Porque la obsesión con la propiedad, el furor nacionalista, restañar las injusticias del pasado, no crean desarrollo.

Los países que confundieron el debate perdieron el siglo XIX y el XX. Pueden perder también el siglo XXI. Así tengan litio.