Uno de los grandes motivos es que el gobierno insiste en precios "extremadamente" bajos en el mercado interno, considerando que también se exige a las petroleras abastecer con prioridad el consumo local, hasta que sea satisfecho en 100%. Tampoco ayudan los deprimidos precios del mercado internacional, entre otros factores.
El otro ruido en torno a la ley del sector es la posibilidad de que el gobierno modifique el esquema que permite a los privados mantener hasta 100% de participación.
Lun, 31/01/2011
Caracas. No nos montamos en el autobús del gas natural. Venezuela está en pañales con sus proyectos definidos en el plan Siembra Petrolera, al punto que las únicas moléculas nuevas provenientes de las 19 licitaciones firmadas en la última década son de Yucal Placer, que arroja apenas 100 millones de barriles diarios, cuando el déficit local supera los 2.000 millones de pies cúbicos diarios", dijo visiblemente preocupado un empresario del sector.
Sin embargo, el cronograma de este bloque, operado por Total, Repsol y las compañías venezolanas Inepetrol, Otepi e Ypergas, debería haber incrementado su producción a partir de 2007, para cuando se estimaba la segunda fase del programa de producción, que sumaría unos 300 millones de pies cúbicos por día. No fue así. El paso lento de los proyectos en general ha sido consecuencia de factores tanto internos como en el plano internacional. Ellos demarcaron un panorama nada atractivo para los proyectos a escala global y en Venezuela especialmente, si se suma a ello que el país desaprovechó el boom del gas entre 2003-2008.
Inviable. "El negocio gasífero en el país es particularmente inviable con las condiciones actuales. Los estudios financieros hechos y rehechos por las compañías interesadas y las ya comprometidas en proyectos (Chevron, la italiana Eni, la española Repsol, la rusa Gazprom y la francesa Total) obtienen en papel retornos de inversión lejanos, costos elevadísimos y precios internacionales y locales nada remunerativos que incentiven los desembolsos que deben hacer", comentó el representante de una de las compañías involucradas.
Según estudios de varias agencias de investigación internacionales de energía, el gas natural es menos rentable que el petróleo. "Históricamente ha sido así", señala, incluso con precios remunerativos. Hay un diferencial entre costos e ingresos mucho más estrecho que en los negocios petroleros, y las inversiones son igual de costosas.
Lo que pasa en el mundo. Cuando la crisis financiera de finales de 2008, se desplomaron los precios del petróleo y del gas. Pero las cotizaciones del crudo repuntaron de manera sostenida y significativa, mientras que el gas quedó sumido en la contracción.
Los precios de este combustible fósil están hoy muy por debajo de los reportados durante la plena crisis financiera entre 2008, 2009 y el año pasado, según reportes de la Agencia de Energía de los Estados Unidos y de la British Petroleum (BP).
Cabe preguntarse ¿qué ha contenido las cotizaciones del gas en los mercados internacionales?
Los estudiosos en la materia dicen que, luego de la crisis global, se produjo en el mercado del gas un enorme excedente de producción y de capacidad, que dio al traste con la mayoría de los proyectos en papel, e inclusive con muchos próximos a entrar en la fase comercial.
Ahora se habla de un "glut" (exceso) de gas natural. Dicen analistas internacionales que esta inundación va a alcanzar su pico en los próximos dos a tres años, y que solo se irá disipando a lo largo de la década, que finalmente dará paso a una oferta y demanda más estrecha y más balanceada.
"Con este panorama, muchos proyectos quedarán en nevera, mientras en Venezuela las empresas que lograron licitaciones deshojarán la margarita pensando si el riesgo vale la pena", señaló una fuente ligada a la industria.
Restricción. Asimismo, el analista del negocio Diego González Cruz señala que Estados Unidos, el mayor consumidor de gas natural del mundo, ha restringido las importaciones de este combustible. Los hallazgos de nuevos yacimientos de "shale gas" o gas de esquisto han arreciado su explotación, y el país ha comenzado a prescindir de las plantas de regasificación a las que arribaban los buques provenientes de diferentes destinos.
"Esas plantas están paralizadas en su mayoría, Estados Unidos se autoabastece de gas, mala noticia para los inversores".
¿Qué pasa en Venezuela? La primera consideración que hacen los especialistas en el tema es que "no nos montamos en el carro de la historia en materia de gas natural, pese a las importantes reservas que tiene el país. Los esfuerzos iniciales hechos por la administración del presidente, Hugo Chávez Frías, se desvanecieron y quedaron en suspenso".
En 1999, tras un destacado esfuerzo, Alí Rodríguez Araque y Álvaro Silva Calderón lograron darle cuerpo a la nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos. Según empresarios locales y transnacionales, "un excelente marco legal para atraer inversiones internacionales", que se ha desaprovechado.
Entre ese año y 2005 se entregaron licencias de gas, entre ellas de Yucal Placer. Se exploró gas natural en Tiznados y Barbacoa, en Guárico. En 2002 se dio inicio a la exploración en la Plataforma Deltana y en 2006 Statoil encontró reservas estimadas en 7 BPC de gas en esa zona.
El año 2010 Eni y Repsol informaron que el bloque Cardón IV en el proyecto Rafael Urdaneta tenía reservas probadas de unos 15 BPC.
"También se hizo el intento, y hay que tenerlo presente, de buscar un socio, a través de una nueva licitación selectiva, para el viejo proyecto Mariscal Sucre, La Blanquilla y Punta Pescador, y en 2009 se invitó a varias empresas internacionales. Pero no presentaron ofertas", recordó un conocedor del tema que prefirió el anonimato.
Y no presentaron ofertas, de acuerdo con fuentes del sector, básicamente por la situación de abundancia.
El "gas glut" (exceso de gas) estaba en su apogeo, y las cotizaciones del combustible estaban muy deprimidas.
En consecuencia, el dinamismo se detuvo, el impulso que se traía se desvaneció, y justamente durante el boom petrolero y gasífero de 2003 a 2008.
"Y llegamos al deterioro del mercado, que vislumbra una luz al final del túnel, más o menos en una década", comentó un empresario del área.
Pero el escenario local tampoco ayudó. El Gobierno insiste en precios "extremadamente" bajos en el mercado interno, considerando que también se exige a las petroleras abastecer con prioridad el consumo local, hasta que sea satisfecho en 100%.
Ahora bien, el punto central del comentario es que los precios están deprimidos también en el mercado internacional, solo que los fijados por el Ejecutivo nacional en el país se mantienen tres veces por debajo, comenta el analista en petróleo y gas, Diego González Cruz, ex gerente de Pdvsa.
Los interesados en el negocio del gas en Venezuela se quejan de que, por otro lado, el Gobierno amenaza con maximizar los impuestos y las regalías, pese a que la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseoso contempla ya una carga para la regalía de 20% y para el Impuesto Sobre la Renta de 34%.
Comentan que para el negocio del gas este esquema podría resultar razonable, pero que una tasa mayor sería inviable.
El otro ruido en torno a la ley del sector, que para González Cruz no es nuevo, es la posibilidad de que el Gobierno modifique el esquema que permite a los privados mantener hasta 100% de participación.
El Ejecutivo nacional ha dejado ver, en diversas ocasiones, que su intención es calcar en los negocios gasíferos el esquema de Empresas Mixtas utilizado en las asociaciones petroleras, donde el Estado tiene la mayoría accionaria. "Eso sería mortal para los planes de gas en Venezuela", comenta González.
Empresarios ligados a los negocios de gas sostienen que introducir un elemento de incertidumbre jurídica en este momento terminaría por alejar más todavía a los capitales.
¿Por qué es importante no modificar la ley?, según los entendidos, básicamente, porque da la sensación de estabilidad a los inversionistas, además de que no es necesario.
"La ley dice que los privados pueden tener hasta 100% de la torta accionaria, pero el Estado puede negociar en cada caso la participación, como lo ha hecho con algunas compañías. Incluso Pdvsa había limitado su acceso a 35%. Esto da mucha más flexibilidad tanto a los privados como al Estado", aseguró un involucrado.
El futuro del gas en Venezuela, según entendidos y afectados, es de pronóstico reservado. No está clara su cristalización, toda vez que el Ejecutivo nacional luce inconforme con su esquema legal, y el entorno internacional no da mejores perspectivas.
Fuente: AMÉRICA ECONOMÍA
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