martes, 29 de diciembre de 2009

El Rencor en los Tiempos del Cólera

Por Fritz Du Bois
PERU 21
29-12-09


Las señales de los últimos días se han convertido en una incómoda sensación de deja vu sobre un periodo que quisiéramos olvidar y al cual nadie pensaría retornar.

Tanto la ley altoandina como la intolerancia ante las críticas demostrada por García parecen salidas de su primer y desastroso mandato. No entendemos cómo pudo promulgarse esa norma cuando la evidencia del fracaso de las exoneraciones regionales es abrumadora. Estas se han otorgado durante décadas a la Amazonía, y lo único que han logrado es enriquecer a intermediarios. Incluso, los exoneraron del impuesto a los combustibles para compensarlos por su aislamiento, en lugar de construirles caminos, y solo han fomentado el contrabando.

Ahora se repite el error con la zona andina, creyendo que la inversión se materializará porque hay un incentivo tributario, en lugar de corregir las profundas deficiencias –infraestructura inadecuada, excesiva burocracia, absurda legislación laboral, educación paupérrima etc.– que excluyen del mercado a un porcentaje importante de los peruanos. En casi cuatro años de gobierno, es muy poco lo que se ha reformado, pero parecen creer que pueden esconder esa falta de trabajo con un atajo –beneficio tributario–, y asunto solucionado.

Sin embargo, estamos seguros de que la ley solo servirá para unos cuantos zamarros que encontrarán la manera de verse beneficiados. Con ella le dejarán al próximo gobierno ya no solo una difícil situación fiscal que se está deteriorando, sino el problema adicional de tener que convencer a los pueblos andinos de que el beneficio que con bombos y platillos les están otorgando, en realidad, no da resultado. Hace años que se busca convencer de ello al pueblo amazónico; todo ese esfuerzo ha sido borrado de un plumazo. Sin duda, un verdadero desacierto de García el haber perdido a un buen ministro de Economía por este mamarracho.

Por otro lado, la manifiesta intolerancia de llamar zonzos a los críticos parece salida de los tiempos del otro García, aquel que nos quería convencer de que la hiperinflación era una invención de los banqueros y que las largas colas solo demostraban el alto nivel de consumo de los peruanos. Pero lo más alarmante es que su aparente reconversión hacia el mercado no ha sido un proceso adecuado, ya que los conceptos correctos, evidentemente, no han calado.

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