martes, 14 de octubre de 2008

EE. UU. debe probar su propia medicina

Por Andrés Oppenheimer
LA NACION
15-10-08


MIAMI.- El presidente George W. Bush usa hoy una buena parte de su tiempo en consultas con líderes europeos sobre cómo poner fin a la crisis financiera global. Pero debería también pedirles consejo a México y a otros países latinoamericanos que lograron recobrarse de sus debacles financieras.

Varios economistas internacionales dicen que Estados Unidos podría aprender algunas lecciones de la crisis financiera mexicana de 1994, que sacudió los mercados mundiales y terminó con un enorme paquete de rescate de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Claudio Loser, que era director del departamento latinoamericano del FMI durante la crisis mexicana y que ahora se desempeña como consultor privado en Washington, opinó que un informe del FMI de 2005, sobre las crisis bancarias latinoamericanas, nos demuestra cómo la historia se repite.

Si tomamos las palabras "México" y "1994" en ese informe del FMI y las reemplazamos por "Estados Unidos" y "2008", las similitudes son notables. "La ola de quiebras en México se produjo luego de un período de liberalización financiera y de proliferación de créditos bancarios y en ausencia de una adecuada regulación y supervisión bancaria", decía el FMI en 2005.

Para detener la hemorragia financiera mexicana, el entonces presidente Bill Clinton y el FMI rescataron la economía mexicana con un plan de 38.000 millones de dólares. Eso no fue demasiado diferente del reciente plan de rescate de 700.000 millones de dólares aprobado por el Congreso de Estados Unidos, según opinó Loser.

Una vez que Washington y el FMI desembolsaron el dinero, México mejoró la supervisión del sector financiero. Eso produjo el colapso de varios bancos y la fusión de otros, tal como ocurre en Estados Unidos hoy. México se recuperó y pagó su deuda a Estados Unidos y al FMI a principios de 1997. "¿Que lección tendría que aprender Washington de México?" le pregunté a Loser.

"La principal lección es que los paquetes de rescate y las nuevas regulaciones no son suficientes si no se adopta un plan de austeridad con recortes del gasto público para poner la casa en orden. México lo hizo y ahora lo tiene que hacer Estados Unidos".

Loser añadió que hacer estas cosas de inmediato podría empeorar la actual parálisis, pero Washington tendrá que adoptar estas medidas en los próximos meses. Entre otras cosas, Washington tendrá que pensar en reducir excepciones impositivas a empresas, disminuir la ayuda social y aumentar los impuestos.

Mi opinión: estoy de acuerdo. Washington debe aplicar el remedio que recetó a los países latinoamericanos y adoptar un plan de austeridad con reducciones del gasto del gobierno. Si no se aplica un paquete de austeridad, el rescate actual no mitigará los temores de Wall Street y el resto del mundo.

Lo que me preocupa es que Barack Obama y John McCain hacen grandes promesas como si en el mundo no hubiera pasado nada. ¿Acaso McCain realmente cree que podrá darles a las familias un crédito impositivo de 5000 dólares para cubrir los costos de servicios médicos? ¿Acaso Obama cree que su gobierno podrá ayudar a 45 millones de estadounidenses que no tienen seguro de salud?

Se engañan y nos engañan a nosotros. El tercer debate presidencial, mañana, debería cancelarse para ser reemplazado por una prueba con un detector de mentiras en la que Obama y McCain contestaran si creen realmente que podrán cumplir sus promesas. Mientras tanto, deberían pensar en un plan de austeridad a largo plazo y llamar a México para pedir consejos.

No hay comentarios: