lunes, 6 de septiembre de 2010

La Energía de Esquisto atemoriza a Potencias Gasíferas

Publicada a las 06:45 AM del 16 de Junio de 2010 | El Mundo

El gas de esquisto revoluciona el mundo. Posiciones encontradas se debaten entre lo bueno, lo malo y lo feo del negocio. Se construyen escenarios y con ellos más de un país exportador de gas convencional está expectante.

Mientras tanto, las empresas en Estados Unidos definen un agresivo plan de exploración y producción en los enormes reservorios encontrados en los últimos años. Su independencia energética luce para ellos cercana.

Los ecologistas, por su parte, desgranan uno a uno los "inconvenientes" que este gas no convencional tiene sobre el medio ambiente. Esta vez las emisiones de dióxido de carbono (CO2) no son el foco primario.

Los grupos verdes de esa nación se preocupan más bien porque la explotación de este recurso supone un uso "excesivo" del recurso hídrico y puede contaminar las aguas subterráneas y el subsuelo por el empleo de aditivos químicos durante el proceso de producción.

Sin embargo, para el ex presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Luis Giusti, este es un problema y reto tecnológico que se irá resolviendo con seguridad gracias al avance de la tecnología.

Gas en piedras

Este gas se encuentra atrapado en rocas sedimentarias conocidas como esquistos, lutitas o pizarras (shale gas en inglés). Se libera tras la fracturación de estas, en presencia de agua y algunos químicos, y sus características físicas son exactamente iguales a las del gas natural convencional.

Según datos del Departamento de Energía de los Estados Unidos (EIA por sus siglas en inglés), se estima que solo en ese país hay 28,3 billones de pies cúbicos recuperables de gas de esquisto, suficiente para cubrir las necesidades de esa nación durante los próximos 50 años.

Y si se suman las reservas del gas convencional, que ascienden a 244,7 billones de pies cúbicos, el total pudiera alcanzar para abastecer al país por más de 150 años.

Se proyecta, además, que para el año 2035, este gas proporcionará 24% del recurso gasífero que se consumirá en Estados Unidos. Actualmente, representa solo 6% de la matriz de demanda.

Comenta el analista petrolero y profesor de posgrado de la UCV, Mazhar Al-Shereidah, que las ventajas que promete este recurso han hecho que las empresas del sector se lamenten por las enormes inversiones destinadas a terminales de gasificación para recibir buques con gas licuado de otras latitudes.

Europa, por su parte, podría recuperar cerca de 5,66 billones de pies cúbicos de sus reservas, lo que para los países de la zona es un golpe de gracia, pues dejarían de depender de la supremacía rusa en materia gasífera.

De hecho, las naciones con potencial de producción de gas no convencional se encuentran en varias etapas, en cuanto a atracción de inversiones, evaluación de recursos, o a punto de entrar en la fase de explotación.

La fiebre del gas de esquisto tiene a las grandes empresas del mundo buscando reservas en Europa, pero también estudian con atención los mapas geológicos de Asia y el norte de África tras la pista de otros yacimientos.

Lo cierto es que esta no tan nueva, pero sí recientemente explotada forma de energía, tiene a las empresas del negocio sacando sus cuentas. Suman, restan, multiplican y dividen, y pese a que los costos de producción resultan superiores a los del gas natural convencional, "sigue siendo definitivamente un negocio".

Los empresarios que lo explotan desde hace menos de una década intentan con desesperación armar fusiones con las grandes del negocio petrolero y gasífero en los Estados Unidos. Buscan recursos en un momento en que los elevados precios del petróleo permiten incursionar en otras alternativas de energía.

El analista y profesor experto en materia gasífera, Diego González, sostiene que la independencia energética de los Estados Unidos no es una entelequia. Barack Obama viene con todo para lograrla, más aún cuando el único suplidor confiable de petróleo que le está quedando es Canadá.

Reconoce que el costo de producción de este gas de esquisto o pizarra es superior al del gas convencional, pero EEUU, a decir del analista, está en estos momentos entrampado.

A su juicio, es "fatal" e inconveniente que se haya suspendido la perforación y exploración en el Golfo de México por espacio de seis meses, pues esta zona es el alimento energético seguro de esa nación, en términos de suministro interno de gas y crudo.

"Si se toma en cuenta también que la declinación de los yacimientos en tierra firme se ha agravado desde que fuera anunciada a finales de los setenta, y que tampoco ha habido nuevos descubrimientos, no les queda más que engrosar sus opciones de energía y en especial la del gas de esquisto. Aunque les salga más caro, se puede producir sin pérdidas", dijo González.

Cuestión de óptica

La empresa asesora y de investigaciones Bernstein Research de Nueva York estima que la industria del gas de esquisto necesita un precio de 7,50 a 8 dólares por mil pies cúbicos (Mpc) para alcanzar el equilibrio en sus costos de producción y exploración, lo que significaría un aumento de más de 60% en las cotizaciones del gas natural.

Otro escenario, más optimista, calcula que el negocio del gas de esquisto puede mantenerse económicamente rentable, si se logra el promedio de los últimos 15 años de 5,50 dólares por Mpc.

De acuerdo con esto, el precio de este combustible debería subir entre 1,5 y 2 dólares por Mpc desde los precios actuales que giran entre 3,50 y 4 dólares, lo que supone unos 24 a 30 dólares por barril.

Sin embargo, el analista petrolero, Mazhar Al-Shereidah, asegura que los avances tecnológicos permiten solventar muchos de los problemas técnicos y económicos derivados de la explotación de este gas. Durante los últimos tres años, la producción ha aumentado en Estados Unidos, al punto de superar la del gigante gasífero ruso.

La producción diaria de gas natural en EEUU, incluyendo el de esquisto, se ubica -según un reporte de la EIA- en 27.832 millones de pies cúbicos, mientras que Rusia produce 24.377 millones de pies cúbicos diarios.

¿Se moverá el mapa energético?

La matriz de consumo energético en el mundo está en constante cambio, y más ahora que los acuerdos a escala mundial buscan de manera desesperada el concurso y compromiso de las naciones para disminuir las emisiones de CO2.

Un reportaje del diario The New York Times dice que la fiebre por el gas de esquisto aún está en sus comienzos y muchos analistas creen que esta forma de energía puede reducir la dependencia europea no solo del gas natural ruso, sino también del iraní.

Expertos consideran que muchos países podrían aumentar sus reservas de gas en 40%, cifra similar al repunte que ha experimentado EEUU en los últimos años. Los cálculos más conservadores apuntan a un crecimiento de 20% en las reservas mundiales conocidas, que se ubican en 6.254,364 billones de pies cúbicos.

En un artículo publicado en The Wall Street Journal, la analista de energía norteamericana, Amy Myers Jaffe, también directora de estudios de energía del Instituto James A. Baker III de Políticas Públicas en la Universidad de Rice, sentencia que la amenaza de este gas natural es real.

Para ella los argumentos que se esgrimen sobre el medio ambiente, y las justificaciones económicas sobre la inviabilidad de la explotación de este combustible son simples argumentos de los mayores productores y exportadores de gas para mantener sus espacios intactos.

"Uno de los principales beneficios de la fiebre del gas de esquisto será conceder a los consumidores occidentales y chinos un suministro de combustible en su propia casa, frustrando la creación de un posible cartel de gas natural", dice la analista.

Considera que las repercusiones políticas del gas de esquisto harán mucho más que ahogar a los carteles de gas natural. "Desorientarán a la política mundial, poniendo en su sitio a algunos alborotadores de toda la vida y posiblemente llevando a algunos rivales al redil occidental".

Pero el asesor de energía, Carlos Mendoza Potellá, tiene un punto de vista radicalmente opuesto. Considera que el gas de esquisto necesita una Opep del Gas para que los precios alcancen mejores niveles y se torne económicamente rentable.

Rusia responde

La extracción del gas de esquisto, no obstante, pareciera no preocupar al principal productor y exportador de gas tradicional a escala global: Rusia.

Según un despacho de la agencia Novosti, el presidente de la empresa Gazprom, Alexei Miller, aseguró que ese tipo de gas no podrá influir seriamente en el mercado europeo ni hará peligrar las posiciones del consorcio energético ruso en Europa.

Pero el ministro ruso de Recursos Naturales, Yuri Trutnev, reconoció que el problema del gas de esquistos existe, en su opinión y la de los dirigentes de Gazprom. Tanto más cuando se han descubierto nuevas reservas en algunos países europeos, que son clientes de Gazprom, señala AFP.

Un analista del gabinete East European Gas Analysis recuerda que Polonia otorgó 56 licencias de exploración de gas de esquisto.

En consecuencia, esta fuente de energía no convencional va a "aumentar la competencia", agregó. Lo que sin lugar a dudas va a cambiar las cosas para Gazprom, que ocupa actualmente una cuarta parte del mercado europeo y tiene la ambición de lograr un tercio de aquí a 2020.

De esta manera, los clientes europeos podrían aprovechar para reducir su dependencia respecto a Rusia, indicó.

Los trabajos sobre el gas de esquisto solo están en una "etapa preliminar", señaló Valeri Nesterov, especialista del sector energético del banco de inversiones Troika Dialog, por lo que estima difícil hacer estimaciones por el momento.

Sin embargo, sostiene que los pronósticos alarmistas son útiles para Gazprom, pues advierten al grupo para girar el rumbo. Es sabido que el consorcio ruso ya comenzó a reflexionar y a hacer concesiones, señaló el analista.

Pero los planes de Polonia no son una simple alarma, Radek Sikorski, el ministro de Asuntos Exteriores polaco, visitó recientemente Houston, EEUU, para hablar con las grandes empresas energéticas estadounidenses sobre el gas de esquisto.

A China, por ejemplo, también le entusiasma la idea de que pronto puedan beneficiarse del gas de esquisto, pues esa nación parece disponer de sus propias reservas, por lo que ha firmado un acuerdo con Estados Unidos para estudiar su explotación.

¿Y qué hay de Venezuela?

"Es aventurado pensar que en el corto plazo la producción de gas de esquisto pueda reemplazar las ventas venezolanas de crudo a Estados Unidos. No es tan fácil, la "adicción al petróleo" por parte del país del norte será difícil de modificar. La geopolítica estadounidense tradicionalmente tendiente a países que considera no-amigos como Venezuela, seguirá, aunque las estrategias alternativas ya están en proceso", opinó el experto y asesor en materia energética, Hernán Federico Pacheco.

Para que el gas reemplace al petróleo debe haber una transformación estructural en los diferentes sectores industriales.

Esta transición no sucede de un día para otro, es un tema además cultural y de hábitos de consumo energético, indica Pacheco.

El juego en el que no está participando Venezuela es el de la diversificación de la matriz energética del mundo.

"Nos quedamos con la visión de país monoproductor y monoexportador nato de crudo, en un momento clave, cuando en el planeta se reacomodan las cargas de las diferentes fuentes alternas de energía primaria, que salen al auxilio no solo de las economías de las naciones, sino de la supervivencia del medio ambiente", dice el profesor Al-Shereidah.

Venezuela está en el sitial de los grandes en materia energética: no solo es el primero en reservas de petróleo, sino que está en el top 10 del gas natural. Sin embargo, no ha logrado repuntar su producción de crudo y tampoco ha arreciado su explotación gasífera.

Estudios geológicos han descartado la posibilidad de que haya gas de esquisto en Venezuela. El profesor Mendoza Potellá señala que las cuencas sedimentarias del país son normales, y todo apunta a que no es posible. "No tenemos esquistos en nuestra geología".

Analistas del entorno energético nacional han insistido en la necesidad de que Venezuela se aboque a satisfacer las necesidades internas de gas, para iniciar la etapa exportadora.

Ahora, la gran pregunta que se formulan los analistas es ¿a dónde irá el gas venezolano cuando en el mundo crecen las reservas mundiales de un nuevo tipo de gas y el interés por explotarlo?

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