jueves, 5 de marzo de 2009

La Catástrofe Bancaria Amenaza a la Casa Blanca

Por Thomas L. Friedman
The New York Times
LA NACION
05-03-09


NUEVA YORK.- Dos signos de los tiempos: primero, un banquero amigo me comentó que uno se da cuenta de que su banco está en problemas cuando el precio de sus acciones es menor que el costo de extraer dinero de uno de sus cajeros automáticos.

Segundo, vaya a Google y tipee estas cuatro letras: m-e-r-e. Antes de que tenga tiempo de continuar, Google le mostrará la lista de cosas o personas que usted podría estar buscando, y esa lista estará encabezada por el nombre "Meredith Whitney". Aparece antes de "merengue" y de "Meredith Viera".

¿Quién es Meredith Whitney? Es una analista bancaria que se hizo famosa por declarar el año pasado, mucho antes que los demás, que el Citigroup estaba hundido hasta el cuello en hipotecas incobrables y que era poco probable que sobreviviera en su forma actual.

¿Sabe cuántas personas tienen que estar buscándola si lo único que hay que hacer es escribir cuatro letras y su nombre aparece primero? ¡Un montón! Pero a mí no me sorprende en absoluto. Nuestro sistema bancario está en problemas tan graves que todo el mundo está buscando la solución mágica? y a la persona que pueda describirla. Pero, ¡ay!, esa solución no existe.

Estoy preocupado. Acabamos de elegir a un talentoso presidente joven con muchos buenos instintos sobre cómo hacer que nuestro país progrese, ampliar la asistencia médica a más personas, hacer que nuestro código impositivo sea más justo y lanzar una revolución industrial verde. ¿Pero saben qué temo? Temo que todo su primer período presidencial sea devorado por Citigroup, AIG, Bank of America, Merrill Lynch y toda la burbuja inmobiliaria de créditos subprime que inflamos durante los últimos 20 años.

Espero que mis temores sean exagerados. Pero pregúntese lo siguiente: ¿por qué el ex secretario del Tesoro Henry Paulson no pudo resolver este problema? ¿Y por qué parece que su sucesor, Tim Geithner, ni siquiera puede mirarnos a los ojos y explicarnos su estrategia? ¿Es porque no saben? No. Es porque sí saben -como Roy Scheider en la película Tiburón , la primera vez que vio el enorme tiburón blanco- que "vamos a necesitar un barco más grande", y ellos también tienen miedo de decirnos cuán grande tendrá que ser.

Este problema es más complicado que cualquier cosa que usted pueda imaginarse. Estamos saliendo de una juerga crediticia de 20 años de duración. En este país, demasiados de nosotros dejamos de ganar dinero haciendo "cosas" y empezamos a hacer dinero del dinero. Es decir, consumidores ganaban dinero con la suba de los precios inmobiliarios, y usaban sus ganancias para comprar televisores de pantalla plana de China con sus tarjetas de crédito, y los banqueros hacían dinero creando valores complejos y apalancamientos para que cada vez más consumidores pudieran ingresar al juego crediticio.

Cuando esta enorme burbuja explotó, creó un cráter tan profundo que no se alcanza a divisar el fondo? porque ese agujero es producto de dos excesos interrelacionados. Algunos bancos se encuentran en dificultades a causa de los valores hipotecarios subprime que tienen en sus libros, que ahora valen tan sólo 20 centavos por dólar debido a la falta de pago generalizada.

Un cráter profundo
Y muchos otros bancos -los que aceptaron el mayor apalancamiento, como el Citigroup y el Bank of America- están en problemas debido a todos los préstamos que están en sus libros y que ahora no pueden ser devueltos, como créditos para autos, préstamos para propiedades comerciales, créditos de tarjeta de crédito y préstamos corporativos. La mayoría de los grandes bancos no dieron de baja esos préstamos porque si lo hicieran serían insolventes. Los valores subprime incobrables insumirán un rescate de miles de millones de dólares; los préstamos podrían insumir billones.

Escalar las paredes de un cráter tan profundo será difícil. Cualquier paso importante que demos podría desencadenar otros problemas, cuyas dimensiones no podemos calcular. Debemos crear un "banco malo" para comprar y sostener esos valores hipotecarios tóxicos o debemos hacer que el gobierno compre la primera tanda y cree un mercado, pero eso probablemente implicaría tener que rescatar bancos que se han comportado de manera muy imprudente.

Es un precio que yo pagaría por salvar el sistema, pero incluso hacer eso es muy complicado. Comprar hipotecas tóxicas convertidas en valores no es como comprar un yate de los libros de una organización de ahorro y préstamo quebrada.

Nacionalizar el Citigroup es algo que puede sonar bien por escrito, pero ponerlo en cesación de pagos podría desencadenar toda clase de defaults en los contratos derivativos que realizó la institución. Tal vez sea algo inevitable, pero es mejor que entendamos todos los riesgos homólogos del Citigroup para no gatillar otro efecto dominó al estilo de Lehman Brothers.

Por el momento, el equipo de Obama parece preferir un intento gradual de curar a esos bancos enfermos devolviéndoles la salud con reiteradas transfusiones de sangre? 30.000 millones de dólares a AIG hoy, otros 40.000 millones para Citigroup mañana. Y sólo Dios sabe cuánto necesitará el Bank of America después de que su aventura de fin de semana con Merrill Lynch lo contagiara del "síndrome de los activos tóxicos".

La Reserva Federal y el Tesoro parecen intentar darles a esos bancos suficiente capital para que sobrevivan los próximos dos años para que puedan desapalancar y limpiar de riesgos sus carteras de valores, y después esperar que ocurra lo mejor.

Si están en lo cierto, el presidente Barack Obama (y el resto de nosotros) tendrá tan sólo un año de intensa lucha y después, gradualmente, podrá dejar a sus espaldas la crisis del sistema bancario.

Por ahora, sin embargo, los bancos siguen amenazando con consumir la presidencia de Obama. De hecho, lamento informarles que si tipean apenas dos letras en Google, b-a, lo primero que aparece no es Barack Obama. Es Bank of America. Barack Obama aparece en tercer lugar.


Traducción de Mirta Rosenberg

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